Red Antropologia
Laura Silva: antropología, cooperación internacional, periodismo y proyectos sociales
Actualizado: 4 sept 2020

Sobre Laura: es antropóloga y magíster en estudios sociales y políticos de la universidad Icesi. Ha trabajado en periodismo investigativo, implementación de proyectos sociales e iniciativas de cooperación internacional. Actualmente es Coordinadora Territorial del proyecto “Empleos para construir futuro” en CUSO International, una ONG de origen canadiense.
Antropolab: Para comenzar, puedes contarnos sobre tu trayectoria y estudios
Laura: Comencé estudiar antropología en el 2007, siempre me había destacado por preguntarme el porqué de muchísimas cosas. Me acuerdo que tuve una conversación con mi papá y me dijo “eso que tu hablas es antropología y en ICESI acabaron de abrir, empieza allá” . Empecé a estudiar y fue encontrarse con algo que no sabes que va a ser tu amor, pero que se vuelve tu amor.
Éramos un grupo chiquito, cuatro personas y todos con una perspectiva más tradicional de la antropología, pero realmente yo no sentía una conexión aún con esos temas. Terminé dedicada a trabajar con comunidades negras, me llamó la atención el tema de antropología jurídica, Ley 70, Transitorio 55, todo ese campo. Mi tesis de grado fue sobre la implementación de la cátedra de estudios afrocolombianos, estuve en Puerto Tejada, con la perspectiva de etnografía del aula compartía las clases con los chicos y con el profesor de la cátedra.

Escogí la institución porque era la única que tenía en su momento un enfoque transversal de cultura afro. Por ejemplo, en la materia de Lenguaje no solo leían a Rafael Pombo, sino a Candelario Obeso, fue muy interesante, no era simplemente ser una espectadora, también tuve la oportunidad de dar algunos talleres con los niños para presentarles que era la antropología, porqué estaba allí y porqué era importante la iniciativa del colegio.
Justo para mí grado en el 2013 fui mamá, sustenté un día antes de dar a luz, entonces el hecho de tener alguien que dependía de mí me llevó a buscar trabajo. Empecé a trabajar en un proyecto con la Universidad San Buenaventura, el proyecto duró un año, liderando un proceso de reconstrucción de la memoria de unas comunidades desplazadas en el distrito de Agua Blanca(Cali).
Acompañada de un psicólogo hacíamos ejercicios de reconstrucción de memoria, fue curioso porque en el camino, mi compañero no continuó y el reto mío en los talleres que tenían un enfoque de Investigación Acción Participante, no era olvidar, pero sí ir un poco más allá de los hechos victimizantes, era ver la memoria desde un enfoque más positivo que ayudara a empoderar.
Después regresé a la Icesi a liderar el Laboratorio de Etnografía, trabajé posicionando las redes sociales del laboratorio, haciendo ejercicios por fuera de las clases con grupos de investigación e incentivando a los estudiantes a desarrollar proyectos fuera de lo académico.
Antropolab: ¿Qué tan fácil fue para el proceso de inserción al mercado laboral?
Laura: Realmente, nunca me he quedado varada. Al tiempo que trabajaba en el Laboratorio hice una maestría en Estudios Sociales y Políticos y estuve investigando sobre minería ilegal, narcotráfico y grupos armados en el norte del Cauca.

En parte gracias a esa investigación una profesora me recomendó para un trabajo en La Silla Vacía, para cubrir región pacífica, buscaban alguien que no solo comunicara sino también con foco en investigación. Me embarqué en esa aventura, eran cuatro departamentos del pacífico, era un trabajo super retador por el ritmo. Cuando uno estudia antropología te dicen que para obtener un resultado tenés que dedicarle mucho tiempo, pero en un medio de comunicación tú hacés una entrevista y la publicación debe salir en menos de 24 horas con análisis. Y si te equivocás es algo grave, porque es público.
Fue una experiencia que me cambió la perspectiva, es algo que incluso debería reforzarse desde la academia, aprender haciendo te enseña que hay otros caminos, otros procesos, otros quehaceres, y que generalmente no te dan 6 meses o un año para un proyecto de investigación.
Antropolab: Revisando tu perfil, vimos que antes de trabajar con cooperación internacional hiciste algunos proyectos de consultoria ¿podrías contarnos un poco más?
Laura: La primera consultoría fue con Tell Business Storytelling, ellos son un grupo de artistas visuales, humanistas y personas del campo de la comunicación, que generan campañas de comunicación enfocadas en mejorar los resultados de las organizaciones. Hice dos trabajos, en el primero me tocaba evaluar dos proyectos que se habían desarrollado con el Banco Interamericano de Desarrollo en temas de innovación social: uno de manejo de residuos en Quibdó para generar compost orgánico y mejorar sus cultivos, y el otro sobre turismo con comunidades, empoderando a las comunidades para que fueron los operadores de los planes turísticos. Debía ir a los territorios, evaluar si las proyectos estaban funcionando y si la gente estaba contenta con el impacto.
Después estuve trabajando en una campaña de comunicación sobre el SISBEN, porque cambiaba de la versión 3 a la 4. En Colombia nadie sabe lo que es el SISBEN, se cree que es el sistema de salud de la gente vulnerable, pero no, es una encuesta que puntúa a la gente para que pueda acceder a una gama de servicios y programas sociales del gobierno. Entonces hice una investigación sobre lo que la que gente pensaba que era el SISBEN, hice entrevistas, preguntaba por sus concepciones e hicimos una especie de mapa de viaje para cambiar las representaciones sobre el SISBEN hacia algo que reflejara lo que realmente era.
Luego fue en SURA, en Cundinamarca, tenía que entender un segmento al que se le querían ofrecer los servicios. Básicamente, tuve que entender las verdaderas necesidades y preocupaciones de las personas, porque lo que la empresa había diseñado no se ajustaba a lo que realmente las personas querían proteger o asegurar. Fue un apoyo con herramientas cualitativas, para obtener esta información.
Antropolab: ¿la formación que recibiste crees que te ayudó en tu desempeño laboral?
Laura: Yo reconozco la fortaleza en metodología. Ahora estoy en Bogotá trabajando en cooperación internacional y de verdad que reconozco la formación en metodología, cómo aplicar herramientas metodológicas, cómo sistematizar y trabajar con la información. Tener un fuerte conocimiento en investigación te permite moldear herramientas dependiendo del contexto o según las condiciones que la situación exija.
Algo que hace que los recién graduados tengan casi que defenderse con las uñas, es que la academia sigue muy enfocada en la teoría, teoría clásica, funcionalismo, etc. Claro que la teoría se debe enseñar, pero en los 5 años también se podría fortalecer el tema de cartografía social, antropología digital, innovación, antropología política, o sea, esos otros campos prácticos. La academia se queda entre los mismos, un círculo cerrado, parece que te educaran para estar en la academia, siento que hace falta un enfoque mucho más práctico de antropología aplicada.
Antropolab: Ya directamente pensando en tu trabajo actual en cooperación internacional, ¿Cuál es el rol de una antropóloga en este tipo de iniciativas?
Laura: Soy muy adaptable, en la organización actual inicié como gerente de comunicaciones encargada por tres meses. Salí de allí, estuve haciendo las consultorías y luego me volvieron a llamar para ser oficial de sector público.
Para contextualizar un poco, Cuso International es una ONG canadiense, en Colombia trabaja hace 5 años en un proyecto que se llama “Empleos para construir futuro”, trabajamos con fondos del Gobierno de Canadá y el objetivo es que población vulnerable, mujeres y jóvenes víctimas del conflicto armado, y recientemente migrantes, accedan a empleos formales y permanezcan en ellos.

Trabajamos con las empresas que los vinculan y también hacemos relacionamiento con alcaldías, con entidades de orden nacional desarrollando asistencias técnicas, procesos de sensibilización que le apunten a la inclusión social y a la equidad de género. Como oficial de sector público, el objetivo del cargo era trabajar con las alcaldías de Cali, Buenaventura, Bogotá, Soacha, Medellín, Quibdó, Barranquilla y Cartagena para desarrollar procesos de asistencia técnica en cada una de la ciudades para que tuvieran herramientas en políticas públicas que fortalecieran temas de empleo formal en cada contexto.
En el cargo como oficial me tocaba hacer análisis junto con el equipo, sacar contratos de asistencia técnica, participar en el proceso de selección de proponentes, contratarlo y estar pendiente de todo el proceso. Me tocó aprender a hablarle al político, pero también a las universidades, al empresario/a. Al principio fue difícil, porque cuando uno trabaja con sector público tiene que pensar que no se trata solo de la persona con quien estás hablando, no es solamente “el Secretario de Desarrollo Económico”, sino los intereses y objetivos que hay detrás, hay un plan de trabajo y unos indicadores que ellos también tienen que estar cumpliendo.
Entonces, la relación con los entes territoriales y los funcionarios fue difícil hasta que entendí que había detrás, por ejemplo conocer los objetivo de la Secretaría Desarrollo y sus indicadores, cuando tu lo conoces, puedes empezar a jugar con lo que tú haces y mostrar que le puede servir para cumplir su indicador.
Nosotros/as vemos gestión de proyectos e intervención social (en el pregrado de antropología) y en la maestría vi sobre proyectos y cooperación internacional, allí aprendí sobre indicadores, cómo se construyen, procesos de verificación y eso me ayudó mucho en el rol de oficial de sector público.
Ahora soy coordinadora territorial en Bogotá y Soacha, llevo un año, y ya no solamente trabajo con sector público sino que además apoyo la implementación de la línea de género e inclusión social en empresas a través de talleres sobre diversidad, equidad social y contratación de población en situación de vulnerabilidad. Implemento la línea de sector privado también, buscando alianzas para que las empresas nos abran las puertas y empleen a las personas que beneficiamos, eso implica hablar con prestadores autorizados como Compensar, Cafam, Sena, para que me remitan gente que podemos apoyar en el proceso de vinculación, para que apliquen a estas empresas y tengan más chance de engancharse en un empleo formal que les permita desarrollar su proyecto de vida. Ser coordinadora es hacer de todo, desde pedir los refrigerios hasta negociar con las empresas.
Antropolab: ¿Qué consejo le darías a un antropólogo o estudiante que quisiera trabajar en proyectos sociales y cooperación internacional?
Laura: la gente a veces se enfoca mucho en tener un promedio alto y qué tenés que ser experto en todo lo que dan en la universidad, sobresalir y responder todas las preguntas. Yo nunca fui de esas, pero desde el inicio de la carrera me enfoqué en aquellas cosas que me conectaban, a mí me gustaba el tema metodológico y de proyectos, uno debería prestarle atención a esas afinidades e intentar encaminarse hacia ellas, fortalecerlas, incluso por fuera de la universidad.
Más allá de las notas, vos tenés que ser muy proactiva y potenciar esas conexiones y trabajar en los temas que te llaman, esa sería mi recomendación. Muy bien que te acuerdes de la teoría, del funcionalismo, etc., pero en la vida laboral eso a casi nadie le importa, tenés que tener otras habilidades y otros saberes que no necesariamente están en un pregrado de antropología.
Antropolab: ¿Qué habilidades crees que hacen falta en la formación en antropología?
Laura: a pesar de que nosotros desde la antropología reconocemos la importancia de comunicarnos con actores muy diferentes entre sí, creo que nos focalizamos solamente en un campo.
Criticar el medio empresarial y el sistema está bien, uno siempre quiere un cambio, pero eso no debería quitarte la posibilidad de hablar y establecer una conversación con actores que también han sido muy estereotipados en las ciencias sociales, como el empresario o el político. Yo creo que para cambiar las cosas uno debe entrar, e intentar cambiarlas desde dentro, algo que me reconocen mucho en mi organización y de lo cual estoy muy orgullosa, es que hablo con todo el mundo, soy capaz de hablar con un alcalde o con un líder de gestión humana.

Saber comunicarse y entender realmente a la otra persona sin necesidad de estar de acuerdo o no es muy necesario, a pesar que en antropología decimos que somos de mente abierta, nos encerramos mucho. Hace falta abrir la cabeza, generar diálogo y quitar esos estereotipos, siendo conscientes que también son sesgos que uno trae.
Hay un gran desconocimiento de “la otra parte”, por ejemplo, cuando voy a una grande empresa y ofrezco un taller de inclusión social, percibo que no es que no quieran un cambio social, simplemente tuvieron otros estudios, piensan diferente, tienen la cabeza distinga y hacen parte de otros campos. Pero si les muestras los beneficios de tener un enfoque más inclusivo en la contratación, más diverso para mejorar aspectos como la permanencia, el clima laboral, beneficios tributarios, las empresas lo hacen.
Antropolab: para concluir, ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con otros sectores no académicos, en cierta medida, diferentes a la “antropología convencional”?
Laura: Ha sido un proceso largo. Sobre todo con el poco tiempo, para mi eso fue muy difícil. Igual, creo que en el día a día uno va aportando otras cosas, quién se queda desde esta perspectiva tan esencialista de la antropología termina paralizado. Siento que no es muy estratégico a estas alturas del partido creer que sólo existe una manera de ser antropóloga en esta vida, sería negar muchas cosas en una sociedad tan cambiante.
Yo creo que también el mismo concepto de “campo” está cambiando, no solo es estar 10 horas todos los días hablando con una misma persona o viajando a territorios lejanos. Hay que pensar otros campos diferentes al “campo físico” donde el antropólogo iba a ser hacia su investigación, yo lo que se conoce tradicionalmente como “campo”, no hago, pero sí siento que mi día a día es mi campo.